Prólogo e Introducción

Nota aclaratoria: Por si alguno de los leyentes no conociere después de todo este tiempo mi manera de conducirme en la vida, voy a aclarar que no voy a actualizar de forma diaria y puede que esté bastante tiempo desaparecido, porque pa contar rutinas diarias cada uno tiene con lo suyo y pasa de las paridas del prójimo, pero sí puedo prometer y prometo que actualizaré lo más posible. Por cierto, la hora de publicación será la hora aquí, en Melbourne así que no acojonarse.

Bien, heme aquí instalado en lo que se viene a llamar las antípodas, por no llamarlo clara y llanamente El Culo del Mundo™ ¿Cuál es la razón de este alegre apodo? Bueno, yo lo achaco al hecho de que el viaje dura una cantidad de horas estipulada entre copín y copete. Ni yo mismo podría decir cuánto es porque llega un momento en que de tantas horas en el avión uno ya ni está dentro de su cuerpo, ni sabe en qué siglo vive, ni como se llama (estado conocido en algunas culturas como viaje astral).

La verdad es que el hecho de que el avión saliera de Londres con una hora de retraso ayuda bastante a que uno pierda la cuenta del tiempo y la cordura con mayor rapidez. Cuando uno mira a las 8 horas de vuelo el GPS y ve que está sobrevolando algún infecto rincón de Siberia, pues se puede imaginar qué cara se te queda.

Una cosa para hacérsela mirar es el hecho de que uno sale de Madrid siudad olimpica con un solato bien hermoso y sus 30º de rigor, y llega a Londres, que en pleno julio tiene una agradable temperatura de 10º y llueve bien para no tener que regar; pero es que en llegándome a la famosa isla pirata de Hong Kong me encontré con el puto diluvio universal (literalmente): caían unos chorrazos del cielo que en mi vida de primate he llegado de ver siquiera en Islandia, el país donde inventaron la lluvia. Decir que jarreaba era poco, la escala aproximada para los suscriptores (que no sustractores, como uno de Navarrete) del Marca se establece en camiones cisterna. Al ver la que se venía encima (literalmente), pensé seriamente en que el avión iba a volver a retrasarse.

Después de otras 8 horas de diversión máxima ganas de ahorcarme con los cables de los cascos que daban en el vión, aterricé en el aeropuerto de Melbourne. Seguro que a mi compadre Arturo le interesará saber que una vez más fui objeto del típico control policial "aleatorio" con que me han obsequiado en otros agujeros aeropuertos. Para más información, fui el único tipo del vuelo al que paró el porculero amable policía, y eso que el avión estaba hasta los topes de taraos que iban a ver al papa. Que conste que si un individuo/a que lleva sombrero de panamá y una bandera nacional (boche en este caso) a modo de supermanesca capa sin estar bebido como algo normal y de lo que enorgullecerse no es un tarao, que me lo expliquen.

En lo referente al cuartel general, estoy en un piso para 5 personas, con 3 australianos y un chino. Para lo que llevo aquí se han portado la mar de bien, y el piso está bastante bien.

¿Melbourne como ciudad? Creo que después de esto no tendré necesidad de ir a los US y A. La ciudad tiene el mismo rollo que una ciudad americana, con un centro petado de negocios y rascacielos, y unos extrarradios con casas pequeñas de estilo colonial que asi dicho sonarán cucas y tal pero que por lo menos ahora en invierno dan un juju de tres pares. Lo cierto es que es imposible hacerse a ello teniendo como referencia un sitio como Salamanca, ya que aunque la parte del centro es relativamente abarcable, el conjunto es grande, pero grande grande. Y además es grande, no se si lo dije.

Para acabar este primer post, un comentario sobre el invierno austral: 15º hasta el día de hoy. Refresca bastante por la noche, porque hay una humedad bastante alta, pero joder eso si que es un invierno y no lo del hemisferio norte. Y dicen que este sitio es de los más fríos.

No me quiero despedir sin decir que me he hecho una cuenta en el skype para todo aquél que quiera darse por enterado y tenga un segundo para hablar a lo largo del año. el nombre de usuario es avgomo.