sábado, 15 de noviembre de 2008

Por el camino del desiertoo...

Aquí está lo prometido: un resumen del viaje que hice hace 2 semanas (o así, esto de los exámenes me está destrozando). El destino: Uluru, o Ayers Rock, la musa de la típica postal y probablemente lo primero que se le viene a uno a la cabeza cuando piensa en Australia, junto con la ópera de Sidney.
Mucha gente se preguntará qué carajo hace un pedrolo de semejantes dimensiones en medio del desierto. El asunto es que es la cima de una cordillera que está enterrada bajo el suelo, y los montes Olgas (Kata Tjuta en lengua aborígen) son también cimas que sobresalen. No sé explicar las movidas geológicas que lo provocaron, pero eso es el resultado. Para aquellos amantes de lo esotérico, las leyendas de los aborígenes dicen que hay un ejército de hombres-serpiente encerrado bajo la roca (asunto digno de un relato de Lovecraft).

Aparte de Uluru, también estuve en Kata Tjuta y en un cañón llamado King's Canyon (Watarrka). De hecho, de todos ellos, lo más pss es Uluru, no porque sea una caca, sino porque es simplemente una roca, mientras que en los otros dos lados se pueden hacer rutas y el paisaje es impresionante. Eso sí, si no te atrae el desierto, entonces este sitio no es lo tuyo. Baste decir que gasté las baterías de la cámara y de Watarrka no hay ni una mísera foto porque ésta ya no funcionaba ni pa decir que no había pilas, y sólo me dio para hacer fotos de un dragón y una cícada antes de que palmara.

Una cosa interesante es el papel que la comunidad aborígen tuvo en la fundación del parque nacional como tal. Para las tribus que viven aquí, Uluru y Kata Tjuta tienen una importancia religiosa brutal, de modo que no se puede subir a la roca, y tampoco te puedes salir del sendero. Usaban las aberturas en la roca para ceremonias y cosas asín. Por supuesto, como hasta hace dos días los aborígenes no eran personas en este país, a nadie le importaba que éstos pidieran que se les devolvieran las tierras, y los blancos montaron la típica Disneylandia que hay en otros sitios como las pirámides o las cataratas del Niágara. En los 80 les devolvieron las tierras, que ahora están administradas conjuntamente por ellos y la dirección de parques nacionales, y se cargaron todos los albergues y demás que había dentro del parque. Oséase, que gracias a su importancia para los aborígenes, el parque está a día de hoy impoluto, como estaba antes de que llegaran los blancos a Australia.

El parque es uno de los sitios con mayor número de especies de reptiles en toda Australia, que tiene un buen chorrón de ellos. La rabia que me da es no haber visto el diablo espinoso, pero no me puedo quejar: en las fotos podréis ver bastantes pericos y lagartos. Además vi hordas de canguros rojos (la especie más grande), que son bastante imbéciles y se acercan a los coches aunque vayan a toda leche; el águila de cola de cuña, sobre la que hablé anteriormente y tuve que hacer un trabajo, que es el águila más grande de Australia y la 3ª más grande del mundo, como a 10 metros; un dingo y hasta un par de camellos. De verdad que da gusto salir al campo.

Ya hay fotos puestas, y quizá más tarde esta noche cuelgue otra tanda.

1 comentario:

DavidDíez dijo...

Ains que bonico... quiero ir a asutralia, y madagascar y kenya y a brasil, la antártida... etc etc